No existe un sistema infalible para saber cómo tomar mejores decisiones de negocios que invariablemente sean acertadas. Tampoco es posible, ni conveniente, esperar a tener toda la información que se pueda; esto hace que el riesgo siempre esté presente. Sin embargo, existen métodos que, al menos, aminoran el peligro de equivocarse.

Es de conocimiento público el “método del caso”, desarrollado hace varios años, en la prestigiada Universidad de Harvard.
Repasemos sus pasos fundamentales para analizar y decidir sobre un problema de negocios:

Este método, muy aplicado en el ámbito de la preparación universitaria, maestrías y hasta doctorados, tiene la ventaja de ejercitar el pensamiento para tomar mejores decisiones. Y a mi juicio tiene, por otro  lado, la desventaja de que el problema analizado proviene de una historia real, por cierto, de una empresa que no es de su propiedad, ni tiene ligas afectivas con la persona que analiza ese caso.

De ahí que otros componentes, como el estrés, la lucha de poderes, la escasez de recursos, la falta de tiempo, y las emociones que rodean el ambiente del asunto, no existan casi para nada.

“Nadie sabe lo que pesa el muerto, sólo el que lo carga”

Por lo que me parece interesante añadir algunas sugerencias que complementen el citado método y lo conecten con la realidad de los negocios:

Conocí un caso en el que, a simple vista, se notaba el agobiante exceso de personal y duplicidad de tareas, pero el dueño pedía un análisis “a fondo”. Le di una recomendación muy sencilla: “Pídele a cada uno de tus gerentes que te dé, a la brevedad, una relación equivalente a un 5% de recorte de personal – que no es mucho pedir –, y observemos a ver qué pasa”. ¡Y no pasó nada!, pues las tareas se repartieron entre los que quedaron y él logró un importante ahorro en la nómina.

Actualmente sigo pensando que hubiese podido reducir otro 5%, y tampoco se vería afectada la operación.

 “Muchas personas no emprenderán el camino hasta que éste parezca libre de riesgos.
Por eso jamás van a ninguna parte”

Keith Cunningham

Saludos.